viernes, febrero 02, 2018

Portugal, la competencia. Lisboa te enamora

Cabo da Roca, el punto más occidental del continente  europeo
Quizás porque está aquí al ladito, o incluso porque sea competencia directa de nuestra oferta ciclista, Portugal no ha sido nunca un destino muy popular para los cicloturistas españoles (especialmente para los catalanes). Y sin embargo se trata de un destino ciclista muy apetecible especialmente en invierno, cuando tenemos que buscar el sol y el buen tiempo que nos falta en el norte de la península.

Ya no sólo a nivel cicloturista, sino a nivel histórico y cultural, Lisboa es un destino de primer nivel.
La cantidad de alicientes que tiene Lisboa es enorme, la Torre de Belem, el Monasterio de los Jerónimos, la Monumento a los descubridores o el barrio de la Alfama son sólo algunas de las atracciones que no nos podemos perder. Me sorprendió el hecho de que el área metropolitana de Lisboa, con 4 millones de habitantes, suponga nada menos que un 20% de la población total de Portugal, lo que da una idea de la concentración de población en la metrópilis y la despoblación de buena parte del territorio rural portugués.

La comida es, por descontado, otro gran aliciente. No sólo el Bacalhau (bacalao, por supuesto), sino también el caldo portugués, la francesinha, todo ello es una garantía de que vamos a comer bien! Los vinos son también de una calidad incontestable: Albariño, vino de Alentejo en el sur o vino verde en el norte.

El clima es francamente benigno incluso en invierno. Nosotros tuvimos 4 de 5 días ideales para el turimo y las actividades deportivas. Solamente uno encontramos lluvia y algo de viento (el aire puede llegar a ser un problema). En Enero, por ejemplo, la temperatura media es de 10º, lo que no está nada mal. La proximidad de mar hace que el clima sea normalmente suave. Por lo que respecta al tiempo en verano, sería recomendable evitar los meses de más calor, no sólo por el tiempo sino también por el tráfico que se incrementa notablemente.

Lisboa será siempre para nosotros el lugar mágico del segundo Mundial de Freire, con la subida a Sefarina y con un circuito bastante duro, como no podía ser de otra forma en Lisboa, la otra ciudad de las siete colinas, donde no hay mucho llano, excepto en la ribera del río Tajo, lugar ideal para un ciclismo relajado y tranquilo.

A nivel estatal, también hay que destacar que Lisboa fue el lugar de inicio de la Vuelta a España de 1997 (para promocionar la Exposición Universal de Lisboa que se realizó en 1998. Fueron 3 las etapas disputadas en Portugal (Lisboa-Circuito de Estoril, Évora-Vilamoura y Loulé-Huelva). Al final ese año el triunfo fue para el suizo Alex Zulle.

Monumento dedicado a Agostinho en Torres Vedras
Pero ciclismo en Portugal es igual a Agostinho, el longevo ciclista luso con una muerte prematura, todavía sobre la bicicleta (cayó en la Vuelta al Algarve un 1 de Mayo de 1984, muriendo 10 días más tarde tras no poder superar el coma que le provocó la caída). Ciclismo en Portugal es también la Volta a Portugal (la Grande) con mucho calor en el mes de Agosto.

Con el Castillo da Pena al fondo
La primera salida ciclista que hicimos fue a Sintra, declarada en 1995 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Salimos de Cascais y siguiendo la costa pasamos por la famosa playa de Guincho (donde els surf es muy popular) antes de adentrarnos en la zona de Sintra con unas subidas muy interesantes (duras) que tienen como punto culminante el curioso y multicolor Palacio da Pena. Una zona muy interesante, con carreteras estrechas y numerosos palacios y monumentos que adornan el recorrido (Palacio de Seteais, Parque de Monserrate). El punto culminante de la ruta que hicimos, además de Sintra, fue el Cabo da Roca, el punto más occidental del continente europeo.

La segunda salida frustrada era a Montejunto, que yo incluía en el pack con la cercana Óbidos, y con inicio en la localidad natal de Agostinho, Torres Vedras, donde al mítico ciclista le han dedicado un par de monumentos (ver foto).

Impresionantes vistas desde la Serra da Arrabida
El segundo día real de bicicleta sirvió para descubrir la fantástica Serra de Arrabida. Una maravillosa carretera costera con magníficas vistas y donde se ubica el Monasterio da Arrabida. Existen 3 vertientes interesantes, la más próxima a Lisboa (Azeitao), la subida desde Setúbal y por último quizás la más dura desde la playa de Galapinhos. El punto más alto de la carretera se encuentra a 491 metros, con magníficas vistas sobre el mar y la península de Troia (al otro lado de la bahía). Por cierto que una de las marchas más populares en Portugal es la Troia-Sogres, con casi 200 km siguiendo la costa en dirección sur hasta el punto mas septentrional de la costa atlantica de Portugal.

Curiosa vista de las torres que pertenecen al Monasterio de Arrabida
A nivel cicloturista Portugal supone una competencia muy clara a la oferta española. En concreto el Algarve es una zona que se está desarrolando mucho y no por casualidad se celebra allí la ya conocida carrera profesional Volta ao Algarve http://voltaaoalgarve.com/ en el mes de Febrero (categoría 2.1 del Europa Tour), y que tambien tiene su versión cicloturista, como no podía ser de otro modo, que disputa el 17 de Febrero de 2018 desde Tavira.

El tema de las marchas cicloturistas también se está desarrollando a gran velocidad en Portugal. En concreto este año se celebrará la Granfondo Lisboa https://www.granfondolisboa.com/ el día 22 de abril de 2018 con 136 km de distancia

También la Gran Fondo New York https://gfny.com/gfny-world/gfny-portugal/ ha llegado a Portugal, y se celebrará el día 9 de septiembre de 2018 desde Cascais, con 160 km de recorrido y más de 2.000 metros de desnivel, con un recorrido similar a la Granfondo Lisboa, pasando por Sintra y subiendo por la costa atlántica. No es casual que también sea Cascais donde se celebra el Ironman 70,3 el día 30 de Septiembre de 2018, en un recorrido ciclista que pasa por el circuito de Formula 1 de Estoril. Gran destino Cascais pues para ciclistas y triatletas.

En resumen, la bicicleta es una gran excusa para viajar a Portugal y redescubrir todos los monumentos y toda la historia del país vecino. La época dorada del siglo XVI cuando sus navegantes descubrieron medio mundo. Su comida y sus vinos. Los fados. No hace falta que sea un destino exclusivamente ciclista en nuestra escapada, pero siempre podemos sacar tiempo para un par de salidas en bici, no créeis?